Invertir es una lección que cuanto antes aprendamos en la vida, mejor nos irá. Aquí te contamos las mejores opciones para que puedas invertir tengas los años que tengas.
Qué es la asignación de activos
Antes de pasar a pensar en qué invertir, entender este concepto te dará una orientación general. Todos los recursos de valor que poseas, tus activos, pueden organizarse en categorías.
Acciones (de interés variable)
Bonos (de interés fijo)
Efectivo o equivalentes.
Bienes Raíces
Materias Primas
Futuros y otros derivados financieros
Los primeros son los más negociados, pero cada maestro con su librito: la lista completa dependerá de cada asesor financiero. Hoy en día hay miles de inversiones alternativas como fondos de cobertura, crowdfunding y criptomonedas para tener en consideración.
Lo importante es que cada categoría tiene su riesgo intrínseco y probabilidad de rendimiento. También características específicas, como el mercado donde se negocian y su liquidez. Un ejemplo sencillo: si todo tu capital está en Real Estate, tendrás un rendimiento asegurado, pero no tendrás efectivo en caso de alguna emergencia: deberás esperar a vender la propiedad. En cambio, si todo tu capital está en acciones, podrás recuperar el efectivo rápidamente, pero también estarás sujeto a las fluctuaciones del mercado y en el caso de una caída abrupta de la bolsa, siempre existe el riesgo de perder todo tu capital.
La forma en que organizas las categorías en tu portfolio de inversión se conoce como asignación de activos. Tener una cartera diversificada, con activos asignados según tu edad, es esencial para construir una estrategia sólida de inversión.
Los primeros pasos. Invertir entre tus 20 y 30 años
Aún estás terminando tu etapa de estudios, realizando tus primeros trabajos. Es probable que aún te cueste ahorrar el 10% de tus ingresos o que tengas deudas por pagar. Pero, aunque lo veas todo negro, tienes una ventaja enorme para comenzar a invertir. Tienes tiempo. Lo que inviertas en esta década, tendrá el mayor crecimiento posible por su interés compuesto. Además, como tienes más tiempo para absorber los cambios en el mercado, puedes concentrarte en acciones de crecimiento más agresivo.
Siendo realistas, es tu etapa de conocer el mundo y más que comienzo de ahorros, de comienzos de gastos. Y créenos, aunque te parezcan altos tus gastos solo se incrementarán a lo largo de tu vida. Así que, si tienes trabajo, algo llegarás a ahorrar y aunque solo sean unos $100 mensuales, bien invertidos, podrás ver resultados.
Un ejemplo de asignación de activos sería, ir creando un fondo de emergencia: liquidez en una caja de ahorros. Aquí dejarías el 30% de tus ahorros. Por otro lado, realizar una o dos inversiones globales sencillas. Invierte el 70% restante de acuerdo a tu perfil de riesgo. Seguramente tus amigos te hablen de comprar alguna cripto, o puedes comprar esa acción tecnológica que te encanta. Lo más seguro, sería hacerlo sobre algún ETF como el VT (Vanguard Total World Stock Index Fund) o el S&P 500 de los Estados Unidos. De esta manera, tendrás liquidez asegurada que cubra el riesgo inflación. Y aunque los mercados se desplomen, te da exactamente lo mismo porque tienes toda la vida por delante para que suban.
Sigamos con el ejemplo, para entenderlo en base a los números más pequeños posibles. 100 dólares al mes durante esos 10 años. Aunque con 30 años ganes más que con 20, mantengamos esa idea. De esos 100 mensuales, 30 hubieran ido a mi cuenta depósito y 70 al VT. Si hubieras comenzado en 2012 y reinvertido los dividendos, hoy tendrías unos $14000. Y además, otros $3600 en el banco, más menos según el interés generado y las comisiones.
Estamos hablando de que prácticamente entrarías en la etapa de mayor productividad prácticamente sin esfuerzo, sin deudas, y con un buen colchón para comenzar a invertir en otros instrumentos. Una situación de partida ideal con un portfolio simple y conservador. Luego, claro, dependerá del instrumento que elijas, podrás tener mayor o menor retorno, pero eso ya lo dejamos a tu criterio.
Invertir entre tus 30 y 50 años
Así como tu visión sobre el dinero cambia con el tiempo, también lo tendría que hacer la forma en que lo inviertes. Por eso, vamos a introducirte en la regla del 100. Uno de los principios más básicos de la inversión es reducir gradualmente el riesgo a medida que te acercas a la edad de jubilarte. Lo confuso es saber qué tan seguro debería ser nuestro portfolio a medida que crecemos.
La asignación de activos con la regla del 100 funciona así: debes invertir un porcentaje en acciones que sea 100 menos tu edad. Entonces, si tienes 40, el 60% de tu capital debería estar en renta variable. El restante, en efectivo, bonos, propiedades, es decir, distintos activos con menor riesgo.
Ahora bien, conforme nuestra expectativa de vida aumenta, podríamos modificar esta regla. O si te consideras una persona con apetito de riesgo, puedes calcularlo desde el 120. Si tienes 40 en este caso, el 80% de tu cartera estaría integrado por acciones y el 20% restante en activos relativamente seguros. Una vez decidas esto, podrás irlo ajustando según tu década.
Enfocado en tu carrera: los 30
Eres demasiado joven para cosechar las recompensas del interés compuesto, pero lo suficientemente mayor para invertir más del 10% de tus ingresos. Todavía puedes permitirte cierto riesgo. Un ejemplo de asignación de activos sería del 80% en acciones, y 20% en bonos.
Con mentalidad seria: los 40
A esta edad nos encontramos en el punto medio de nuestra carrera y probablemente se esté acercando al máximo potencial de ingresos. Tienes tiempo suficiente para ponerte al día si aún no has comenzado, pero no para perder el tiempo. Reúnase con un asesor financiero si no está seguro de qué fondos elegir. Un ejemplo típico es del 60% del portfolio en acciones y el restante en bonos y propiedades.
Pensando en la jubilación: los 50
A partir de ahora no puedes descuidarte. Si pasaste los últimos años comprando acciones tecnológicas de moda, con una volatilidad alta, es momento de reorganizarte. La idea es ser más conservador cuanto más se acerque a la edad jubilatoria. Cambiar algunas de sus inversiones a fondos más estables y de bajos ingresos, como bonos, puede ser una buena opción y aún puedes mantener un 50% en acciones.
Invertir pasados tus 60
Llegó el momento de cambiar el enfoque. Ya no te interesan las últimas tendencias en cripto con las que podrías perder los ahorros de toda tu vida ¡Y está perfecto! Lo más sensato a esta edad es concentrarse en acciones que proporcionen ingresos por dividendos y aumentar sus tenencias en bonos.
Probablemente sea una buena idea recibir consejo de un asesor de pensión, que revise que todos sus documentos estén en orden y sus distribuciones mínimas requeridas. Puedes perder mucho dinero al recuperar tu plan de pensiones. Dentro de los errores más comunes pasados los sesenta encontramos tener una casa que no se ajuste a tus necesidades: muchas veces nos aferramos al hogar familiar pero ya no necesitamos dos pisos y cuatro cuartos. Rehipotecar tu vida por tus hijos, conlleva riesgos enormes. Al hacer un balance de tus posesiones, está bien organizar la herencia pro no te obsesiones por dejarle a tus hijos el mayor patrimonio posible. Tampoco es bueno el extremo de vivir como si no hubiera un mañana, la realidad es que nadie sabe cuándo llegará su hora. A esta edad, más vale ser cautos.
Qué hacer si no has comenzado a invertir joven
No desesperes, nunca es tarde para comenzar a invertir. Peor sería no hacerlo nunca. En tu caso, si lo prefieres, puedes pensar tu cartera en un ciclo vital de tres etapas:
Acumulación. En esta fase buscarás generar la máxima rentabilidad con el objetivo de acumular el mayor capital posible.
Consolidación. En esta segunda etapa, buscas afianzar el capital que has acumulado, reduciendo paulatinamente el riesgo.
Reducción. Llegado este momento directamente buscarás reducir el riesgo al mínimo posible y así recuperar parte del dinero invertido.
Como dice el antiguo proverbio chino: “El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, el segundo mejor momento es ahora”.
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